ACCIDENTES CON LA MOTO 2
Siguiendo con el post anterior, otra caída en moto que recuerdo fue por Huaraz, en Perú. Salíamos de la ciudad y nos recomendaron encarecidamente la laguna Wilcacocha. Para llegar a ella había que subir una montaña con su carretera serpenteante y de piedras pequeñas tipo gravilla. Estábamos subiendo poco a poco pero ya algo cabreados porque encontrar el camino no fue fácil, después de preguntar a varios ancianos de un pueblo y que cada uno nos mandara por un sitio diferente conseguimos tomar la dirección correcta.
Y es que es muy fácil recomendar, todos te dicen, «vayan a la laguna X o a la cascada Y es hermosa, es la más bonita, es super linda» pero se olvidan de decirte, «llévate agua o comida porque el camino está hecho mierda y tardarás tres horas en llegar», nadie te dice «no hay estaciones de servicio ni camping» ni «hace un frío que te cagas porque vas a subir mil metros más de altura». No, ellos te dicen «vete ahí que es super lindo» y tu te vas como si estuvieras dando un paseo de domingo sin saber lo que se te viene. En fin, es que ya nos pasó en Tucumán, Argentina, también buscando una «cascada hermosísima» después de dos horas buscando mandamos la cascada a la mierda.
Así que estábamos por Perú ascendiendo a la laguna Wilcacocha, íbamos bien encaminados subiendo la montaña poco a poco por su carretera rota y de repente la moto se empieza a apagar y no dar gas. Arrancamos, avanzamos un poco y otra vez no da gas. Como si la gasolina no llegara a quemarse, Juan daba un poco de gas pero la moto no avanzaba. Como siempre íbamos justos de gasolina no sabíamos si era que al tener tan poco octanaje y poca cantidad la potencia en subida no era suficiente. O por otro lado una mala conexión en algún punto de la moto o en el depósito de gasolina extra.
Seguimos subiendo y en un momento de mucha pendiente la moto no da más gas y no avanza. Nos quedamos suspendidos un segundo sobre las dos ruedas cuando Juan empieza a frenar pero las gomas no se agarran al terreno, entonces pensé «¡nos caemos!» y me agarré fuerte, la moto fue patinando hacia abajo hasta que pum contra suelo nos dimos. Otra vez la moto rayada, el retrovisor mirando hacia el frente y Juan con un cabreo…Por eso no tengo fotos de casi ninguna caída porque entre el susto y la cara de Juan, no es momento para sacar la cámara.
Levantar la moto en ese momento fue horrible. Aunque mi fuerza es de mosquito yo intentaba ayudar pero cada vez que empujaba los pies se me resbalaban en ese terreno inestable. Estábamos en una pendiente con caída hacia un lado, es decir si empujábamos mal podíamos caer nosotros o la moto. No había manera por donde hacer fuerza, era todo el peso de la moto más la inclinación. Yo me estaba desesperando y ya imaginaba una grúa sacando la moto del acantilado. Que nervios.
Por suerte pasó un mini bus local, pero bueno ni paró, se limitó a mirarnos y seguir de largo hasta que un poco más allá se paró y le empecé a gritar que nos ayudara. Casi obligado, el conductor bajó y ayudó a Juan a levantar la moto.
La laguna la hemos visto en foto. Dimos media vuelta y nos fuimos a arreglar moto.
Esta foto es hasta donde llegamos.

Huaraz, Perú
mareales
Hola, esperando que se larguen a otra aventura. ahorren pronto y a partir. Está bueno lo de contar la parte mala del viaje. siempre hay algún inconveniente. Rayones o roturas son inevitables, lo bueno es que están sanos y salvos.
Desde Salta Argentina, mis saludos.
viajerosenmoto2014
Hola! En eso estamos y en un proyecto nuevo que pronto contaremos 😀 gracias por el mensaje! Así es, siempre hay una parte mala pero las buenas la superan. Un abrazo grande! Si en un futuro pasamos por salta de nuevo quizá podamos encontrarnos!